Angela Maria Calderon
Angela Maria Calderon

Contratos electrónicos generan inconvenientes a las pyme de A.L.

Contratos electrónicos generan inconvenientes a las pyme de A.L.

Actualmente, hay pocos países del continente donde esta legalizada la firma y los documentos digitales. Lo que se evidencia es que la reglamentación existe, sin embargo, no esta legítimamente constituida como una acción legal.

Un porcentaje significativo de las pyme de América Latina aún celebran sus contratos de manera tradicional y no en forma electrónica. Según un estudio realizado por la firma RGX, 20 por ciento de los hombres de negocios realiza sus negociaciones por medio de una factura pro forma, mientras que 42 por ciento lo hace mediante las herramientas digitales.

El problema de este tipo de transacciones, radica en que en la mayoría de los países del continente, las firmas y documentos digitales no forman parte de un elemento probatorio en el caso de un proceso judicial.

Esto significa que los mencionados documentos no son validos, situación que ha causado un vacío legal que obliga a las empresas a formalizar los acuerdos por medio del correo tradicional o vía fax. Lo anterior lleva a que en muchos casos en muchos casos se retrase la transacción o aumente los costos de la misma.

Ante la falta de legislación en la firna digital, la solución que ve el analista, Mariano Mastrangelo, representante de RGX sobre este tema es que el exportador se acoja a las leyes de los países que ya trabajan con esta normatividad para evitar problemas a futuro con la ejecución de los contratos y de esa manera poder realizarlos vía electrónica. Los países que en este momento tienen reglamentadas este tipo de transacciones son Estados Unidos, Chile, México y Colombia.

En el caso colombiano, la legislación de documentos y firmas digitales está vigente desde hace dos años, lo que permite que los exportadores se acojan a la normatividad colombiana con miras a que documentos validos legalmente.

Para el presidente de Analdex, Javier Díaz Molina, este es un tema que se ha trabajado con las cámaras de comercio y Confecámaras, gremio con el que se creó un ente centralizado cómo Certicámaras que es el encargado de registrar y almacenar las firmas electrónicas. Está certificación permite que los documentos enviados por Internet tengan validez.

Según Díaz Molina lo más importante es que “los empresarios sepan que pueden realizar sus transacciones por este medio que posibilita el ahorro de tiempo siempre y cuando estén bajo las reglas.

El estudio

Según el director de la firma RGX, Diego Frediani lo más importante de este estudio fue
conocer la realidad sobre el estado y la operatividad de las pyme en Latinoamérica. En su concepto, el mismo permite sugerir la corrección de errores y hacer un mayor hincapié en los aciertos para así proyectar un mejor crecimiento del comercio exterior dentro de este sector sobre unas bases sólidas.

La investigación se realizó sobre los hábitos operativos de exportación de las pyme en Latinoamérica. Donde por medio de un dossier dividido en dos partes se ven las mejores prácticas que ya están realizando las empresas en materia de operatividad y las oportunidades de mejora que se observan. Además, en el mismo se ofrece una completa comparación sobre como se encuentran posicionadas pequeñas y medianas empresas colombianas respecto a sus pares regionales.

Dentro del estudio se analizaron diversos aspectos vinculados al desarrollo de contratos, contenidos, inconterms, forma de cobro y envío al exterior, así como la organización operativa del departamento de exportación.

Algunos de los datos obtenidos en el estudio indican que 46 por ciento de las pyme de la región poseen estructuras dedicadas exclusivamente al comercio exterior, en el caso colombiano esa cantidad sube al 57 por ciento.

Bogotá tiene una alta vocación exportadora

En el contexto local, es el director de la pyme exportadora el que realiza la gestión de venta al exterior en 33 por ciento de los casos. El total de la muestra para la realización del estudio fueron 230 empresas que tuvieran un costo de importaciones entre los 45 mil dólares y un millón de dólares. En el caso de Colombia, participaron 30 compañías donde 50 por ciento de ellas se encuentran ubicadas en Bogotá.